El Sistema Nervioso (2/4)

El sistema nervioso del hombre se divide en dos el Sistema Nervioso Central y el Sistema Nervioso Periférico

Por Ana Cecilia Becerril*

Fuente de la imagen: Medios Digitales de COPESA; todos los derechos reservados El Sistema Nervioso del hombre

En comparación con el de los otros animales, el Sistema Nervioso del hombre es el de mayor complejidad. Está dividido en:

  • Sistema Nervioso Central (S.N.C.): controla y dirige todas las actividades de tipo voluntarias y el S.N.P. Controla las actividades de carácter involuntario.
    Las estructuras que forman el S.N.C., se encuentran protegidas por los huesos del cráneo y por la columna vertebral. Además de esta protección, el S.N.C. cuenta con unas membranas llamadas meninges y un líquido llamado céfaloraquideo; ambos también lo protegen.

  • Sistema Nervioso Periférico (S.N.P.): está formado por ganglios y nervios que se ubican fuera del S.N.C. 

El sistema nervioso está conformado por dos subsistemas con funciones diferentes: el Sistema Nervioso Central (SNC), conocido también como Cerebroespinal y Voluntario, que interviene en las funciones de relación, la sensibilidad y el movimiento; y el Sistema Neuro-vegetativo, llamado también Autónomo y Nervioso Periférico, que regula las funciones de la vida vegetativa (circulación, respiración, digestión, etcétera), independientes de nuestra voluntad.

El sistema nervioso central está formado por: la médula espinal, estructura alargada de tejido blando, ubicada al interior de la columna vertebral; y el encéfalo, estructura voluminosa situada sobre la médula espinal y al interior del cráneo. En el encéfalo podemos distinguir tres estructuras: el cerebro, el cerebelo, el bulbo raquídeo y el puente de Varolio.

Todo esto está protegido por sólidas estructuras óseas, que en su conjunto reciben el nombre de estuche cráneo-raquídeo, porque está formado por los huesos del cráneo y las vértebras de la columna vertebral.

Además de las estructuras óseas, el sistema nervioso central posee otros elementos de protección: las meninges. Estas son tres envolturas membranosas que lo rodean en forma concéntrica: la duramadre, la más externa y dura, que está en contacto con la protección ósea, es decir, con los huesos craneales y raquídeos; la aracnoides -recibe este nombre por su similitud con la red de una araña-, que viene inmediatamente después y que es una capa muy fina; y la piamadre, también muy delgada, que está en contacto con la médula y el encéfalo.

Entre la aracnoides y la piamadre existe un pequeño espacio bañado por el líquido cefalorraquídeo que circula libremente alrededor de este sistema. Este espacio es un verdadero amortiguador, ya que gracias a la presencia de este líquido los movimientos bruscos o golpes a los que está sometido el sistema nervioso le llegan muy suavizados.

Todos los centros nerviosos están conformados por dos sustancias: la gris, constituida por grupos de cuerpos celulares neuronales; y la blanca, formada por axones o fibras nerviosas. En el cerebro y en el cerebelo, la sustancia gris ocupa la parte externa; en la médula espinal se encuentra en el interior.

El conjunto encefálico, formado por más de 12 mil millones de neuronas y 50 mil millones de células gliales, dispone de una amplia red de riego sanguíneo condensada en la arteria carótida y la vena yugular, que regulan el flujo de nutrientes, principalmente glucosa y oxígeno. Los capilares sanguíneos y las meninges constituyen la barrera hemato-encefálica, que impide la contaminación con sustancias nocivas, como las toxinas.

Hay doce pares de nervios craneales que van desde la porción inferior del encéfalo a diversos órganos y partes del cuerpo. La mayoría lleva información desde y hacia los órganos sensoriales principales. El primer par está destinado al olfato; el segundo, tercero, cuarto y sexto, a la visión, unos en el aspecto lumínico y otros en el movimiento ocular; el quinto y el séptimo, a la sensibilidad o acción motora de varias regiones de la cara; el octavo, al oído; el noveno, al habla; el undécimo y duodécimo son exclusivamente motores; y el décimo está relacionado con el corazón, los pulmones, el estómago y los intestinos.

La memoria es el almacén de información del cerebro, tanto de datos aprendidos como de acontecimientos emocionalmente importantes.

Para crear recuerdos, se piensa que las células nerviosas forman nuevas moléculas de proteínas y nuevas interconexiones.

Ninguna región del cerebro guarda todos los recuerdos: el lugar del almacenamiento depende del tipo de recuerdo. Escribir o andar en bicicleta son informaciones almacenadas en zonas motoras, mientras que los recuerdos sobre la música están en las zonas auditivas.

Existen tres tipos de memoria: la sensorial, que se almacena por milisegundos; la de corto plazo, que implica una interpretación y conservación durante algunos minutos; y la memoria de largo plazo, que exige atención, repetición e ideas asociativas. La facilidad con que se recuerda depende de cómo se procesó la información.

El cerebro es el órgano que controla la actividad fisiológica -el funcionamiento del cuerpo- e interpreta los impulsos generados por el contacto con nuestro entorno. Contiene los centros nerviosos para el pensamiento, la personalidad, los sentidos y el movimiento voluntario.

Este órgano, que pesa alrededor de 1.200 gramos en un adulto, está compuesto por dos hemisferios ubicados en la parte superior del cráneo y que comprenden casi el 90 por ciento del encéfalo. Cada hemisferio mide de 15 a 17 cm desde la parte anterior a la posterior, y juntos miden entre 11 y 14 cm de ancho.

 

Debajo de la corteza cerebral, que es una capa de materia gris llena de pliegues, de unos 2 a 6 mm de espesor, se encuentra la sustancia blanca, integrada por millones de fibras nerviosas. Al centro del cráneo, la sustancia blanca de ambos hemisferios se une formando una estructura similar a una cuerda: el cuerpo calloso, que es el más grande de varios haces de fibras nerviosas, llamados comisuras, que conectan zonas específicas de los dos hemisferios.

Ambas porciones cerebrales están separadas por la cisura de Rolando, surco profundo que debe su nombre al anatomista italiano Luigi Rolando, que lo describió por primera vez a principios del siglo XIX. En la parte anterior de esta hendidura, que separa longitudinalmente ambos hemisferios, se encuentra la zona que controla la actividad motora, mientras que en su parte posterior se ubica el control sensitivo.

 

El hemisferio derecho rige las funciones de la mitad izquierda del cuerpo, y el hemisferio izquierdo controla las de la parte derecha. Esto se debe a que los nervios se entrecruzan en la médula espinal.

 

El surco longitudinal (cisura de Rolando) y otro lateral, llamado cisura de Silvio, separan a los hemisferios en cuatro cuadrantes -que reciben los nombres de los huesos craneanos que los protegen-: son los lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital.

 

La detección e interpretación de imágenes visuales está localizada en el lóbulo occipital; la percepción auditiva se encuentra en el temporal, lóbulo donde también se ubica el olfato, el equilibrio y la memoria; en el lóbulo parietal se sitúan el gusto y la percepción del tacto (temperatura, presión y dolor); y en el lóbulo frontal se centra el habla, la elaboración del pensamiento, las emociones y los movimientos.

 

En el interior del cerebro hay cuatro cavidades intercomunicadas, llamadas ventrículos, conectadas con otra cavidad larga y delgada que se dirige hacia abajo por el centro de la médula espinal. Dentro de estos huecos fluye el líquido incoloro denominado cefalorraquídeo o cerebroespinal producido en los ventrículos, y que se renueva cuatro a cinco veces durante el día.

 

Este medio acuoso, rico en proteínas y glucosa, aporta energía para el funcionamiento de las neuronas y los linfocitos. Estos últimos nos protegen de las infecciones. En otras palabras, al circular a su alrededor, este fluido protege y alimenta a todas las estructuras que conforman el sistema nervioso.

 

El cerebro  corresponde a la porción más desarrollada del encéfalo. Está dividido en dos mitades, llamadas hemisferios cerebrales, uno derecho y otro izquierdo.

 

En el cerebro se distinguen tres estructuras fundamentales, que son:

  • la corteza cerebral -formada por una sustancia gris (los somas de las neuronas)-;

  • la porción o masa central-constituida por una sustancia blanca o cuerpo calloso (los axones de las neuronas)- y

  • los núcleos de base-formados por agrupaciones o gránulos de sustancias gris-

La corteza cerebral presenta ciertos pliegues y hendiduras. Los pliegues se denominan circunvoluciones. En ella se producen las más complejas interconexiones neuronales, que proporcionan al hombre su capacidad intelectual y emocional. 

 

tercera parte

  *Dra. Ana Cecilia Becerril Sánchez Aldana
Médicina General y Medicina Estética
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Sitio elaborado en colaboración con mca.virtual, s.a. de c.v.
México, 1999-2000

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