El Sistema Nervioso (3/4)

El control del cuerpo por parte de los hemisferios es cruzado. Es decir, el hemisferio derecho domina la mitad izquierda del cuerpo, y el izquierdo, la derecha

Por Ana Cecilia Becerril*

Fuente de la imagen: Medios Digitales de COPESA; todos los derechos reservados Los hemisferios

El hemisferio derecho y el izquierdo controlan funciones absolutamente diferentes. Mientras el primero manda sobre facultades como la capacidad creativa, artística y la orientación espacial; el segundo lo hace sobre otras, como el cálculo matemático, la comprensión verbal y la memoria. A pesar de ello, ambos se complementan.

Cada hemisferio está externamente dividido en cuatro lóbulos estos son: frontal, parietal, occipital y temporal. En ellos se encuentran áreas motoras y sensitivas específicas. El control del cuerpo por parte de los hemisferios es cruzado. Es decir, el hemisferio derecho domina la mitad izquierda del cuerpo, y el izquierdo, la derecha.

El cerebelo

El cerebelo es la segunda parte más grande del encéfalo. Pesa alrededor de 140 grs, y mide unos 10 cm de ancho, 5 de alto y 6 de largo. Está ubicado debajo de la parte posterior de los hemisferios cerebrales, y encima del bulbo raquídeo y el puente de Varolio.


Tiene forma ovoide y está dividido en dos hemisferios y una porción media, por lo que en algunos casos recibe el nombre de “segundo cerebro”.


Sus neuronas, que se enlazan con las del cerebro y la médula espinal, tienen por función coordinar los movimientos, haciéndolos suaves y precisos, y controlar el equilibrio, la postura y la orientación del cuerpo.

 

Es una estructura que se ubica detrás del tronco encefálico y debajo del lóbulo occipital de los hemisferios cerebrales. En su parte externa, está formado por una sustancia gris y en la interna por una sustancia blanca.

Su función es dirigir la actividad motora del individuo. Controla movimientos musculares amplios -motricidad gruesa- como caminar, y otros más específicos -motricidad fina- como poner la llave en la cerradura o enhebrar una aguja.

La inteligencia se refiere a la habilidad de conocer y entender las cosas. Se trata de un proceso complejo, ya que están involucradas las facultades de estudio, memoria y comprensión, además de la creatividad, imaginación, voluntad, sensibilidad, entre otras.

Para determinar el nivel de inteligencia, los especialistas han establecido el cociente intelectual (CI), que mide las aptitudes de una persona, al comparar su eficacia con el nivel promedio de una serie de individuos con similares características (edad, cultura, estado físico, etcétera).

Esta medida no constituye un valor cuantitativo (en cantidad o números) de la inteligencia, sino que se refiere a la capacidad o habilidad de la persona respecto a los temas o campos investigados.

Los sistemas que miden el cociente intelectual se basan en el estudio del psicólogo estadounidense David Wechsler, que partió de la observación de que ciertas pruebas eran resueltas con éxito a una edad determinada por la mayoría de los individuos. A continuación, relacionó la edad natural y la edad mental del sujeto, y de esta relación dedujo el cociente intelectual. Lo curioso es que el cociente obtenido se mantiene prácticamente invariable con el crecimiento de la persona y hasta la vejez.

Un cociente superior a 150 corresponde a la categoría de genio. En tanto que el cociente normal promedio es 100.

Aunque el cerebro tiene el dos por ciento del peso total del cuerpo, necesita del 20 por ciento de la sangre para que transporte oxígeno y glucosa, elementos esenciales sin los que se deterioraría rápidamente, y cuya falta produce mareo, confusión y la pérdida de la conciencia.

Después de cuatro a ocho minutos de privación de oxígeno -como, por ejemplo, a causa de asfixia- se produce daño cerebral o muerte.

El puente Neuronal o Tronco Encefálico

Corresponde a una estructura que está formada por tres subdivisiones. Une la médula con el cerebro. En él, la distribución de la sustancia gris y la blanca es inversa a la del cerebro. La sustancia gris está al centro y la blanca en la periferia. Está constituido por tres partes:

  • Bulbo raquídeo: ubicado sobre la médula, es el órgano conductor de impulsos sensitivos hacia el cerebro, y de impulsos motores desde el cerebro hacia las otras vías. Como centro elaborador, controla la respiración, la frecuencia cardiaca y la deglución.

  • Protuberancia anular: se encuentra entre el mesencéfalo y el bulbo raquídeo. Su función es la de centro reflejo de las expresiones fuertes como el llanto y la risa.

  • Mesencéfalo: estructura que posee fibras que comunican el cerebelo, el bulbo y la médula con el cerebro. Regula el grado de abertura de la pupila y otras actividades reflejas motoras.

Uniendo la médula espinal y el cerebro está el tallo cerebral o tronco encefálico, de unos 7,5 cm de longitud.

Esta estructura contiene centros que regulan varias funciones vitales para la supervivencia, entre las que se incluyen los latidos del corazón, la respiración, la presión sanguínea, la digestión y ciertas acciones reflejas, como tragar y vomitar. Además, es el encargado de estimular la función reticular (del ojo) que mantiene al cerebro despierto y alerta, controlar el sueño, regular los reflejos originados en la médula espinal y mantener el tono muscular y la postura -que es la rigidez o tensión muscular que nos permite mantener la espalda erguida o en posición vertical mientras estamos de pie o sentados-.

En la parte superior del tallo cerebral está el puente de Varolio, que también recibe el nombre de protuberancia anular. Esta estructura es la parte del cerebro situada entre los pedúnculos cerebrales por arriba y el bulbo raquídeo por abajo.

El tálamo

El tálamo es una masa ovoidal gris de unos 4 cm de longitud, ubicada en la parte superior del tallo cerebral.

Está formado por una agrupación de neuronas cuya especialidad es analizar y dirigir las señales sensoriales a los centros nerviosos especializados, situados en la corteza cerebral.

En torno al tálamo se encuentran los ganglios basales, masas circulares de materia gris situadas en lo profundo del cerebro, que ayudan a controlar las secuencias de movimiento, como el caminar.

Otra estructura -del tamaño de un terrón de azúcar- que se encuentra en la base del cerebro es el hipotálamo, lugar donde interactúan los sistemas nervioso y hormonal del cuerpo -por la presencia de la hipófisis, glándula que secreta hormonas con efectos sobre una amplia gama de procesos fisiológicos-.

El hipotálamo es el responsable de la regulación de la temperatura corporal; realiza el balance del agua y la sal requerido por el cuerpo; controla el flujo sanguíneo, el apetito y la ingestión de alimentos, el ciclo sueño-vigilia y la actividad hormonal. También interviene en las respuestas a emociones como la rabia y el temor.

El bulbo raquídeo

El bulbo raquídeo o médula oblongada es la continuación superior de la médula espinal -que comienza junto con la columna vertebral en la base del cuello-, limitando hacia arriba con el tallo cerebral. Tiene forma de pirámide ensanchada en posición inversa a la de la médula espinal y mide unos tres centímetros de longitud.

En esta zona están los núcleos que controlan los centros respiratorios, el centro regulador de los movimientos peristálticos del tubo digestivo y, el centro vasoconstrictor, que regula el diámetro de los vasos sanguíneos.

En el bulbo raquídeo también están los núcleos de algunos de los nervios craneales: el hipogloso mayor o nervio motor de la lengua; el glosofaríngeo, que lleva las fibras nerviosas del gusto a la cavidad bucal; el vago o neumogástrico, que lleva fibras a las vísceras (cada uno de los órganos encerrados en las cavidades del cuerpo); y, el espinal, que controla algunos músculos del cuello.

 

cuarta parte

  *Dra. Ana Cecilia Becerril Sánchez Aldana
Médicina General y Medicina Estética
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Sitio elaborado en colaboración con mca.virtual, s.a. de c.v.
México, 1999-2000

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