¿Qué es el reflujo y qué otras enfermedades provoca?

Hay que hacer caso a los primeros síntomas para no enfermar gravemente...

Por Ana Cecilia Becerril*

“Enfermedad por reflujo gastroesofágico” es el término que se aplica a los síntomas o daño tisular por el reflujo del contenido gástrico que ordinariamente es ácido hacia el interior del esófago.

Es extremadamente común y la tercera parte de los adultos comunica a pirosis ocasionales (agruras), mientras que el 10% restante se queja de síntomas diarios.

Este es el grupo más sintomático que tiene mayor probabilidad de buscar atención médica. La mayoría de los pacientes tiene enfermedad leve y unos cuantos de ellos desarrollan daño de la mucosa esofágica (esofagitis por reflujo) o complicaciones más graves.

Hay muchos factores que por sí solos o en combinación pueden contribuir al reflujo gastroesofágico; por ejemplo, insuficiencia del esfínter esofágico inferior, efectos irritantes del material de reflujo, vaciamiento anormal del estómago o demora del vaciamiento gástrico, a estos hay que aunarles el ayuno prolongado, la ingesta de alimentos ácidos como el café y refrescos, el cigarro, los alimentos irritantes como el picante y las grasas.

El síntoma clásico del reflujo es la pirosis o las conocidas agruras; esta se produce más frecuentemente de 30 a 60 minutos después de las comidas y cuando se inclina el cuerpo. Los pacientes a menudo notifican el alivio con la ingestión de antiácidos o bicarbonato de sodio. Cuando este síntoma es dominante, el diagnóstico clínico de reflujo gastroesofágico tiene una sensibilidad del 78% pero sólo 68% de especificidad. La intensidad de las agruras no se correlaciona con la magnitud del daño del tejido esofágico, de hecho algunos pacientes con esofagitis intensa son casi asintomáticos.

Los enfermos pueden quejarse de rejurgitación, o sea un reflujo espontáneo de contenido gástrico ácido o amargo a la boca. Los síntomas menos comunes incluyen disfagia o dificultad para tragar que puede deberse a un peristaltismo anormal o al desarrollo de complicaciones, tales como estrecheces o metaplasia de Barrett.

El reflujo también se puede manifestar con síntomas atípicos como asma, tos crónica, úlcera de garganta, laringitis crónica y dolor toráxico o de pecho atípico (no cardiaco).

En la enfermedad complicada, el examen físico y los datos de laboratorio son normales.

En los pacientes no complicados con síntomas clásicos de agruras (pirosis) y regurgitación puede tratarse empíricamente el reflujo por cuatro semanas sin que se necesiten estudios diagnósticos. En los pacientes con enfermedad complicada y en quienes no hay respuesta a la terapéutica empírica se requieren estudios adicionales como; endoscopia superior con biopsia para documentar el tipo y grado de lesión tisular en el reflujo. Se justifica este estudio en personas con síntomas graves de reflujo no resuelto y es imperativa en casos de complicaciones sugerida por disfagia, vómito con sangre, o evacuaciones con sangre oculta o digerida y anemia por carencia de hierro.

La esofagografía con barrido desempeña una función limitada en el examen del reflujo gastroesofágico, debido a su capacidad limitada para identificar el reflujo o las anormalidades de la mucosa. En los pacientes con disfagia grave, a veces se obtiene con anterioridad a la endoscopia para identificar una estrechez.

La vigilancia ambulatoria del pH esofágico es el mejor estudio para documentar el reflujo ácido, se indica en las situaciones siguientes: para documentar una exposición esofágica anormal al ácido en un paciente que está considerado para cirugía antirreflujo; para pacientes que no responden al tratamiento con un inhibidor de la bomba de protons y para detectar cantidades anormales de reflujo o vínculo entre episodios de reflujo y síntomas atípicos. Y por último manometría esofágica indicada para determinar la localización del esfínter esofágico inferior antes de colocar una sonda con el fin de determinar el pH y evaluaciones preoperatorias.

Los síntomas del reflujo pueden ser similares a las de otras enfermedades tales como trastornos de la motilidad esofágica, úlcera péptica, colelitiasis, dispepsia no ulcerosa y angina de pecho. La esofagitis erosionante por reflujo puede confundirse con el daño inducido por píldoras, esofagitis por radiación o infecciones como herpes o cándida y gastritis infecciosa por Helicobacter Pylori.

Dentro de las complicaciones hay que mencionar el Esófago de Barrett, el cual es un padecimiento donde hay un cambio en el epitelio del esófago en su parte más distal, donde se une con el estómago. Los síntomas son consecuencia del reflujo provocando dificultad para tragar y mala digestión. De hecho más del 90% de las personas con esófago de Barrett en la población general no busca atención médica y pasa inadvertida. El cual se puede complicar con la formación de estrecheces o ulceraciones profundas que pueden sangrar. El tratamiento debe aplicarse de manera enérgica con inhibidores de la bomba de protons para curar cualquier esofagitis erosiva activa. La fundoplicatura quirúrgica puede ser conveniente en algunas situaciones. Dentro de las complicaciones más graves son el adenocarcinoma esofágico.

Otra compilación del reflujo es la estrechez péptica, cerca del 10% de los pacientes lo sufren y se manifiesta gradualmente como un problema al tratar de tragar alimentos sólidos. A menudo las agruras disminuyen debido a la estrechez, esta misma es una barrera ante el reflujo, el cual deberá tener un diagnóstico y tratamiento mediante las endoscopias para hacer biopsia y dilatación de la misma para descartar alguna displasia.

Los tratamientos médicos, su objetivo consiste en proporcionar alivio a los síntomas, curar la esofagitis si está presente y evitar las complicaciones. La mayoría de los pacientes con síntomas de leves a moderados y sin evidencia de complicaciones se trata de manera escalonada de la forma siguiente:

Paso 1: modificaciones del estilo de vida y antiácidos. Este paso es inevitable, la mayoría de los pacientes con síntomas leves o intermitentes identifican lo que desata su malestar. Al disminuir la ocurrencia de estos eventos se mejoran los síntomas. Los cambios recomendados son eliminación del consumo de alcohol, tabaco, reducción del tamaño de las comidas, pérdida de peso, evitar ropas muy ajustadas y dejar de acostarse dentro de las tres horas posteriores a las comidas que es el periodo de mayor reflujo.

Se recomienda elevar la cabecera de la cama con bloques de 15 cm por debajo del colchón en el caso de pacientes con síntomas nocturnos, para reducir el reflujo y aumentar la depuración esofágica del ácido. Los pacientes deben evitar alimentos que disminuyan la presión del esfínter esofágico, en especial alimentos fritos o grasosos, cafeína, menta, chocolate y alcohol, así como los que causan irritación directa de la mucosa como frutas cítricas, tomates, café y bebidas carbonatadas o gaseosas.

Paso 2; los antiácidos y los agonistas de la bomba de hidrógeno, más lo agentes que promuevan la motilidad esofágica, son la base fundamental para el alivio rápido de los síntomas ocasionales. Después de la supresión de los inhibidores, en la mayoría de los pacientes con esofagitis erosiva se produce reducción de los síntomas dentro de un plazo de seis meses. Por tanto en la mayoría de los pacientes se necesita tratamiento de mantenimiento crónico para controlar síntomas y mantener la reparación de la mucosa.

Aquellos pacientes que no respondan al tratamiento, habrá que buscar la posible causa, ya que el reflujo en esta rara ocasión no se debe a la acidez del pH sino a una posible infección, la cual puede ser ocasionada por una inmuno supresión o efectos del estilo de vida y la alimentación que llevamos.

El diagnóstico de gastritis no específica no corrosiva, se basa en la evaluación histológica de biopsia de mucosa. Los datos endoscópicos son normales en muchos casos y no predicen de manera confiable la presencia de inflamación histológica. Los principales tipos de gastritis no corrosiva son los causados por infección de H pylori, los que se relacionan con anemia perniciosa y gastritis linfocítica.

Por lo tanto siempre es bueno hacerle caso a los mensajes que el cuerpo nos envía y no dejar pasar los síntomas y que con la cronicidad generen un trastorno degenerativo a largo plazo. Y lo más importante es corregir los hábitos de alimentación y de vida para evitar la degeneración de nuestro cuerpo.  

*Dra. Ana Cecilia Becerril Sánchez Aldana
Médicina General y Medicina Estética
curriculum

Síguenos en Twitter

Fitness.com.mx en Facebook

Nos gustaría saber qué temas deseas encontrar en esta sección. Escríbenos.

otros artículos...

En esta sección:

Un sitio diseñado, implementado y administrado por Edicomsa Servicios Editoriales y de Comunicación, S.A. de C.V. 
Todos los Derechos Reservados . Creado en noviembre de 1999.

arriba