Hormonas:
¿qué son, para
qué sirven y que las genera?
Las
glándulas endocrinas, segregan en el torrente sanguíneo las
hormonas
Por
Ana Cecilia Becerril*
La
regulación y el intercambio internos del cuerpo se efectúan mediante dos
sistemas principales: el sistema nervioso y el sistema endocrino.
Los
órganos que forman el sistema endocrino se denominan glándulas
endocrinas o de secreción interna y se encargan de regular el
funcionamiento de otros órganos y tejidos segregando y vertiendo en el
torrente sanguíneo ciertos mensajeros químicos denominados hormonas.
El
crecimiento y el desarrollo del
organismo, la actividad sexual, la reacción al estrés, la capacidad de
convertir el alimento en energía, e incluso la forma del cuerpo femenino
y la aparición de barba en los varones están determinados por las
hormonas.
Las
glándulas endocrinas más importantes son la hipófisis o pituitaria, la
tiroides y las paratiroides, las suprarrenales, el páncreas y las glándulas
sexuales (los ovarios y los testículos). Además, una parte del encéfalo
llamada hipotálamo desempeña un papel importantísimo en el
funcionamiento del sistema endocrino.
Aunque
las glándulas endocrinas no están unidas entre sí, mantienen una
estrecha interdependencia; además, como afectan a casi todas las partes
del cuerpo, sus alteraciones pueden tener vastas consecuencias. Por
ejemplo, los trastornos de la hipófisis pueden provocar enanismo en los
niños, así como una producción anormal de leche en las mujeres; por su
parte una hiperactividad de la tiroides puede acelerar el metabolismo del
cuerpo y una insuficiencia de las células endocrinas del páncreas
conduce a una forma de diabetes.
La
hipófisis es una parte muy importante del sistema endocrino. Esta glándula
situada en la parte media del cráneo, debajo del cerebro y a la altura
del puente de la nariz, segrega hormonas que influyen en los tejidos
corporales, directamente o por conducto de otras glándulas cuya secreción
estimulan y regulan.
Una
de las hormonas hipofisiarias, la somatotrofina u hormona del crecimiento,
hace que crezcan los huesos y los tejidos blandos durante la infancia;
conocida actualmente también como la hormona antienvejecimiento, ya que
en adultos mejora la calidad de vida.
La
tirotropina, regula el metabolismo estimulando la actividad tiroidea,
quien determina el ritmo al que ocurren los intercambios bioquímicos del
cuerpo; las glándulas paratiroides, situadas detrás de la tiroides,
ayudan a regular el nivel de calcio en la sangre. En el páncreas, ciertos
grupos de células, los islotes de Langerhans, segregan insulina, hormona
que regula la cantidad de azúcar en la sangre. Las glándulas
suprarrenales influyen en el equilibrio de las sales y líquidos y
preparan al cuerpo para afrontar situaciones de urgencia.
Otras
más como la foliculoestimulante, la luteinizante y la prolactina,
contribuyen a determinar las características sexuales y regulan la
reproducción; en tanto que la adrenocorticotropina hace que las glándulas
suprarrenales segreguen sus propias hormonas.
El
hipotálamo recibe una afluencia constante de impulsos nerviosos que le
indican el estado del organismo; cuando uno de esos mensajes le señala
que debe actuar, el hipotálamo segrega ciertas sustancias químicas,
conocidas como agentes estimulantes y agentes inhibidores, que llegan
hasta la hipófisis para provocar o impedir la salida de las hormonas
acumuladas en ella.
El
papel del hipotálamo como regulador de la hipófisis ilustra la estrecha
correspondencia que existe entre los sistemas nervioso y endocrino, básica
para el buen funcionamiento corporal.
El
hipotálamo también produce dos hormonas, la oxitocina y la vasopresina,
que por vías especiales llegan hasta la hipófisis, esta las almacena y
luego cuando hacen falta, las segrega. La oxitocina estimula las
contracciones musculares del parto; la vasopresina hace aumentar la presión
arterial contrayendo los vasos sanguíneos y haciendo que el cuerpo
retenga los líquidos.
Recibe
el nombre de hipopituitarismo toda carencia hormonal debida a una
disminución anormal de la actividad de la glándula pituitaria o hipófisis;
en ocasiones se trata de la falta de una sola hormona, por ejemplo, la del
crecimiento (somatotrofina), pero por lo general son varias (o todas)
las que resultan deficientes.
En
consecuencia, las glándulas suprarrenales, y la tiroides, que dependen de
la estimulación hipofisiaria, disminuyen a su vez la producción de
hormonas y ocasionan un desarrollo sexual incompleto e infertilidad.
Cuando
el hipopituitarismo se manifiesta repentinamente y con toda su fuerza,
pone en peligro la vida, pero en sus formas leves puede pasar inadvertido
porque sus síntomas son vagos y variables.
La
causa mas común del trastorno es un tumor en la hipófisis. Generalmente
los médicos tratan la enfermedad mediante cirugía o destruyendo el tumor
con radiación y en la mayoría de los
casos el paciente necesita tomar hormonas sintéticas el resto de su vida.
La
tiroides y la paratiroides, aunque forman un grupo en el cuello, justo
debajo de la manzana de Adán, cumplen distintas funciones.
La
tiroides, su función básica es producir dos hormonas, la tiroxina y la
triyodotironina, que ayudan a regular el metabolismo: todo aumento de
ellas acelera los procesos bioquímicos que dan energía al cuerpo y
estimula el crecimiento y la regeneración de los tejidos; toda disminución
frena dichos procesos.
La
función tiroidea es regulada por la glándula hipófisis, que a su vez
esta subordinada al hipotálamo, este segrega una sustancia que estimula a
la hipófisis para que produzca tirotropina, hormona que hace funcionar a
la tiroides. Para que esto ocurra, es fundamental además que la tiroides
reciba una cantidad pequeña pero constante de yodo, ingrediente básico
de las hormonas que segrega. Unas células especiales de la tiroides
producen otra hormona, la calcitonina, que ayuda a regular la cantidad de
calcio presente en el organismo.
Por
su parte las paratiroides, son cuatro glándulas o a veces más, situadas
en la cara posterior de la tiroides. Están encargadas de segregar la
hormona paratirodea o paratiroidina, que junto con la calcitonina y la
vitamina D, controla el equilibrio de calcio en el cuerpo; en tanto que
ella aumenta la concentración de calcio en la sangre.
segunda
parte
Dra. Ana Cecilia
Becerril Sánchez Aldana
Médico
Cirujano,
especialista
en Medicina Estética
curriculum
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