Los
hongos, desagradables
erupciones en la piel
La
humedad favorece las infecciones de la piel
Por
Ana Cecilia Becerril*
Los
hongos que infectan la piel (también conocidos como dermatofitos) viven sólo
en la capa externa de la piel (estrato corneo) y no penetran
profundamente.
Algunas infecciones
micóticas no producen síntomas
solamente provocan una pequeña irritación, descamación y
enrojecimiento. Otras infecciones causan prurito (comezón),
inflamación, ampollas y una grave descamación.
Los
hongos suelen establecerse en áreas húmedas del cuerpo donde rozan dos
superficies cutáneas: entre los dedos, en los pliegues de la piel, en las ingles y bajo
las mamas. Las personas obesas son más propensas a sufrir estas
infecciones porque poseen muchos pliegues cutáneos.
Por
extraño que parezca, las infecciones micóticas en una parte del cuerpo
pueden causar erupciones en otras partes no infectadas. Por ejemplo, una
infección micótica en el
pie puede causar una erupción abultada y pruriginosa en los dedos. Estas
erupciones (dermatofitides o erupciones “ide”) representan reacciones
alérgicas al hongo.
Los
médicos pueden sospechar la presencia de hongos cuando aprecian una
erupción roja e irritada en una de las áreas frecuentemente afectadas.
Habitualmente
puede confirmar el diagnóstico raspando una pequeña porción de piel
para examinarla al microscopio o colocarla en un medio de cultivo que hará
crecer los hongos de modo que sea posible identificarlos.
La
tiña es una infección micótica de la piel causada por diferentes hongos
y que generalmente se clasifica según su localización en el cuerpo.
El
pie de atleta (tiña de los pies) es una infección micótica frecuente que
suele aparecer durante los meses cálidos. Es causada habitualmente tanto
por Trichophyton como
Epidermophyton, hongos que pueden crecer en los espacios
interdigitales calientes y húmedos de los pies. El hongo puede producir
una descamación más importante con una erupción pruriginosa, dolorosa y
que deja la piel en carne viva entre los dedos y a los lados de los pies.
También pueden formarse ampollas llenas de liquido. Como el hongo puede
causar la rotura de la piel, el pie de atleta puede comportar una infección
bacteriana, especialmente en personas mayores e individuos con inadecuada
irrigación sanguínea de los pies.
El
picor del suspensor (tiña inguinal) puede estar causada por varios hongos
y levaduras. Es mucho mas frecuente en varones que en mujeres y suele
aparecer durante los meses cálidos. La infección produce áreas rojas y
anulares, a veces con formación de pequeñas ampollas en la piel que
rodea las ingles y en la parte superior de la cara interna de los muslos.
Este proceso pude provocar picor intenso e incluso ser doloroso. Es
frecuente la recidiva, ya que los hongos pueden persistir indefinidamente
sobre la piel. Incluso con un tratamiento apropiado, las personas
susceptibles pueden presentar infecciones repetidas.
La
tiña de las uñas es una infección causada por Trichophyton. El hongo
penetra en la parte recién formada de la uña produciendo un
engrosamiento, perdida de brillo y deformación de la misma. Esta infección
es mucho más frecuente en las uñas de los pies que en las de las manos.
Una uña infectada puede desprenderse del dedo del pie, quebrarse o
descamarse.
La
tiña corporal también está causada por Trichiphyton. La infección
generalmente produce una erupción de color rosa o roja que en ocasiones
forma placas redondeadas con zonas claras en el centro. La tiña corporal
puede desarrollarse en cualquier parte de la piel.
También
están la tiña del cuero cabelludo y de la barba, causada por
Trichophyton o por Microsporum y en ocasiones por bacterias.
La
mayoría de las infecciones micóticas de la piel, excepto las del cuero
cabelludo y de las uñas, son leves y a menudo curan con cremas de antimicóticos.
Existen muchas cremas antifúngicas eficaces que pueden adquirirse sin
necesidad de prescripción médica. Generalmente, los polvos antimicóticos
no dan buenos resultados en el tratamiento de estas infecciones. Los
principios activos de las medicaciones antifúngicas son el miconazol,
clotrimazol, econazol y ketoconazol.
Habitualmente,
las cremas se aplican dos veces al día y el tratamiento debería
prolongarse por lo menos de siete a 10 días después de que la erupción
haya desaparecido por completo. Si se interrumpe la aplicación de la
crema con demasiada prontitud, la infección puede no haberse erradicado
completamente y la erupción reaparecerá.
Transcurren
varios días antes de que las cremas antifúngicas surtan efecto. Mientras
tanto, suelen utilizarse cremas con corticoesteroides para aliviar el
picor y el dolor. La hidrocortisona en dosis reducidas es una fármaco de
venta libre.
Ante
infecciones más graves o pertinaces, el médico puede prescribir terapia
con griseofulvina o ketoconazol durante varios meses, en ocasiones
combinada con cremas antifúngicas.
Como
recomendación general es necesario mantener las zonas infectadas limpias
y secas lo cual ayudará a evitar la aparición de nuevas infecciones fúngicas
y favoreciendo la curación de la piel. Las áreas infectadas deberían
lavarse frecuentemente con agua y jabón y luego cubrirse con polvos de
talco. Evitar los polvos que contengan almidón de maíz porque pueden
favorecer el crecimiento de los hongos.
Así
mismo la ropa que vaya a cubrir la zona afectada, de preferencia que sea
de algodón para evitar que se acumule la humedad y la ropa deberá de ser
lavada con cloro para evitar que el hongo persista en la ropa o calzado y
vuelva a reinfectar la piel.
*Dra. Ana Cecilia
Becerril Sánchez Aldana