El Sistema Muscular:
tipos de fibras y músculos

Fibras rojas y blancas; músculos voluntarios, involuntarios o lisos y cardiaco o miocardio

Por Ana Cecilia Becerril*  

Músculo voluntario. Imagen obtenida del libro: Anatomia Humana. Lockhart. Ed. InteramericanaHay dos clases de fibras o células musculares. Las cantidades de una u otra varían según la función de cada músculo.

Las fibras de contracción rápida, proporcionan fuerza y potencia. Son la carne blanca del músculo. Se contraen con rapidez, produciendo breves estallidos de energía. Permiten realizar la mayoría de los ejercicios pesados e intensos, aunque breves, como carreras cortas, levantar pesos, patear una pelota o golpear con una raqueta de tenis o una paleta. Estos músculos se agotan enseguida y son propensos a los calambres.

Las fibras de contracción lenta producen una tracción continuada y, por tanto, una gran fuerza. Constituyen la carne oscura del músculo, color que se debe a su abundante riego sanguíneo. Se asemejan a cuerdas resistentes que solo se cansan cuando se agota el suministro de combustible. Aunque son un poco más pequeñas que las fibras de contracción rápida y poseen menos terminaciones nerviosas, extraen más oxígeno de la sangre.

Ocupamos estas fibras para los ejercicios que requieren de un enorme esfuerzo, como carreras de larga distancia, nadar o andar en bicicleta.

Las características de cada músculo determinan la fuerza con la que se contrae y la función específica que cumple.

Existen tres tipos de músculos:

  • Músculos voluntarios

También denominados esqueléticos o estriados, debido a que sus fibras tienen una gran cantidad de filamentos de actina y miosina (proteínas), que hacen que su aspecto sea como rayado. Son mayoritarios, ya que más de 600 de los alrededor de 650 músculos que hay en el cuerpo, nos permiten movernos de manera voluntaria.

Son de color rojizo y están ubicados en torno a los distintos huesos que conforman nuestro esqueleto. Permiten el movimiento consciente o la función locomotora, en la que el sistema óseo es el componente pasivo, el soporte, y los músculos, el activo, debido a que son estos los que se contraen, generando el movimiento.

También junto a los huesos, los músculos esqueléticos sirven de protección para los órganos internos, y dan forma al cuerpo. Además, le otorgan una gran expresividad a nuestro rostro.

Los músculos estriados se caracterizan porque son capaces de contraerse de forma brusca e instantánea.

Para realizar un movimiento, estos músculos trabajan de a pares. Mientras uno se contrae, el otro se relaja.

  • Músculos involuntarios o lisos

Están presentes en los órganos internos (en los sistemas digestivo, respiratorio, reproductivo, etc.) y los vasos sanguíneos que los alimentan. Se llaman lisos debido a la escasez de filamentos de actina y miosina.

 

Tal como su nombre lo indica, su funcionamiento es independiente; es decir, no se encuentran bajo el control consciente de nuestro cuerpo. Aunque nos concentráramos no podemos hacer que se queden quietos o que se muevan más rápido.

Los músculos lisos se contraen lenta y gradualmente, y se relajan poco a poco hasta alcanzar su tamaño original. Son de color pálido y están distribuidos en capas.

Se ocupan del funcionamiento rutinario e inconsciente de nuestro cuerpo. Por ejemplo, impulsan al alimento para que descienda por el canal alimentario hacia el estómago, permiten que nuestros ojos enfoquen lo que vemos o controlan el calibre de las arterias.

  • Músculo cardiaco o miocardio

Solo se encuentra en el corazón. Late, activando la circulación sanguínea durante toda la vida. Pese a que es un músculo estriado, su funcionamiento es ajeno a nuestra voluntad, ya que su continua contracción es controlada de manera automática por el sistema nervioso.

 

El miocardio está cubierto por otros dos músculos. En su interior está el endocardio y en su superficie, el pericardio. En cuanto a su forma, posee cuatro cavidades separadas por tabiques: dos superiores llamadas aurículas, y dos inferiores denominadas ventrículos.

 

El corazón funciona combinando dos movimientos: el de contracción o sístole, por el que bombea sangre, expulsándola, y la relajación o diástole, que permite que la sangre vuelva a entrar después de haber circulado por todo el cuerpo.

Además de las diferencias de estructura y funcionamiento, también se hacen distinciones de acuerdo con las dimensiones y formas de los músculos:

  • Largos: son estrechos y extendidos y están ubicados en las extremidades, dispuestos en varias capas. Los más profundos son al mismo tiempo los más cortos; se insertan en los huesos a través de tendones y solo cruzan una articulación o unión entre dos huesos. Los superficiales son más largos y cruzan varias articulaciones, como el bíceps, que va del hombro al antebrazo.

  • Cortos: se disponen entre los huesos de menor tamaño, como en los pies, las manos y en la zona de la columna vertebral. Se encuentran en los lugares donde los movimientos son poco extensos, pero tienen una gran fuerza.

  • Orbiculares: tienen forma circular y una abertura interior. Se ubican alrededor de la boca y los párpados.

  • Esfínteres: son como anillos capaces de abrirse y cerrarse. Están formados por músculos lisos y estriados. Por ejemplo, el de la pupila es de musculatura lisa; en cambio, el del ano es estriado, y, por lo tanto, voluntario.

  • Anchos: son generalmente aplanados y muy delgados. Participan en la formación de las grandes cavidades: torácica, abdominal, etc. Ejemplo, el diafragma.

*Dra. Ana Cecilia Becerril Sánchez Aldana
Medicina General y Medicina Estética
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