¿Qué le pasa al feto al crear mecanismos de defensa para sobrevivir?


Escrito para Fitness por Brenda Yadira Uribe González

En las últimas décadas la nutrición ha tomado suma importancia en los ámbitos de la medicina, y no solamente en materia de la obesidad, sino que se ha demostrado su importancia en diferentes etapas de la vida como son la niñez, en la adolescencia, en la vida adulta y en la vejez; además de todas las condiciones especiales que sin ser patológicas, sí existen cambios especiales del organismo para mantener la homeostasis, específicamente me estoy refiriendo al embarazo.

Es por eso que se considera importante que una mujer, no solamente durante el embarazo, sino previo a él (desde toda la vida), durante y posterior al mismo, mantenga una buena alimentación.

Importancia de la nutrición en las mujeres

Las mujeres estan expuestas a padecer las consecuencias de la desnutrición en tres etapas de su vida:

  1. Desnutrición intergeneracional: desnutrición provocada generación a generación que da cambios físicos en una niña que se está concibiendo y ésta a su vez a su hija.
  2. Desnutrición fetal: desnutrición provocada durante la concepción de la mujer.
  3. Desnutrición postnatal: desnutrición provocada posterior al nacimiento de la mujer.

Existe una Teoría denominada la Teoría de Barker, la cual indica que existe una programación fetal. Es decir, cuando existe una mala alimentación durante el embarazo, el feto en formación crea mecanismos de defensa hacia la mala nutrición, que son útiles para cuando se está formando. Sin embargo estos mecanismos de defensa, por así llamarlos, son cambios permanentes que en la vida adulta de este organismo provoca alteraciones irreversibles y de consecuencias graves, estoy hablando de las enfermedades crónicas degenerativas, que en la actualidad son causas importantes de muerte y mala calidad de vida:

  • Problemas cardiacos (primera causa de muerte a nivel mundial)
  • Hipertensión arterial sistémica
  • Diabetes mellitus tipo 2
  • Elevación de colesterol
  • Ovarios poliquísticos
  • Otros

La desnutrición constante provoca cambios permanentes metabólicos y endócrinos que pueden ser observados desde alteraciones en la infancia (desnutrición) o alteraciones en el crecimiento del niño, que a la larga incrementarán el riesgo de padecer las enfermedades anteriormente mencionadas.

Es sabido el mecanismo por el cual la mala nutrición provoca alteraciones en el feto en formación.  El niño tiene que producir su propia energía provocando desgaste de sus células.

Los nutrientes se concentran hacia los órganos de mayor importancia como son el cerebro, el corazón; dejando con pocos nutrientes al hígado y vísceras abdominales.

Se sabe que el hígado es el centro regulador de diferentes substancias como lo son las grasas séricas y que está relacionado con el metabolismo de la glucosa. 

Además la mala nutrición da alteraciones en la formación de la placenta la cual en un círculo vicioso, es incapaz de suplir los nutrimentos del feto en las etapas tardías del embarazo, provocando niños pequeños en el nacimiento.

Efectos intergeneracionales

La mala alimentación en la mujer embarazada, no sólo provoca alteraciones en el feto que se está formando, sino provoca alteraciones a doce generaciones a partir de la que se produjo la desnutrición y son necesarias tres generaciones de adecuada alimentación para revertir estos efectos adversos.

Estos cambios se dan especialmente cuando en la mujer embarazada no se cubren las necesidades proteicas adecuadas.

Pero no solamente es responsabilidad de la madre el peso y la buena formación en un bebé. Se ha demostrado que el padre también juega un papel importante. Los hombres, que no tienen una buena alimentación previa a la concepción provocan alteraciones en los niños, específicamente en la talla.

Así que, mientras la madre es la responsable del peso del niño y por consiguiente de los posibles cambios que puede provocar alteraciones en la vida adulta del mismo (diabetes, hipertensión, etc); el padre es el responsable de dar niños con talla baja.

Para detener estos efectos adversos no es necesario la intervención agresiva durante el embarazo, con una adecuada alimentación es suficiente ya que los suplentes excesivos, sólo provocarán niños gordos, incremento de grasa corporal y como consecuencia una diabetes temprana.

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