Un alimento nutritivo que ayuda a prevenir varios males como el cáncer.


Escrito para fitness por Isabel García de Quevedo


La leche tiene varios derivados, uno de ellos es el yogur, el cual se elabora a partir de bacterias “buenas” como el Streptococcus termophilus, Lactobacillus bulgaricus y L. lactis, entre otros.  La leche se inocula con éstos microorganismos, para que la lactosa se convierta en ácido láctico.

Si comparamos el yogur natural y la leche entera se observa que una taza de yogur contiene más proteína y calcio que una taza de leche y un poco menos de sodio. (Obviamente esto depende de la manera en que se elabora el yogur y de la marca del mismo).  

El yogur contiene poca grasa; un yogur normal contiene 8.7 g de grasa mientras que el yogur light contiene 2.3 g de grasa aproximadamente. Además siendo un producto de origen animal, contiene muy poco colesterol: 29 mg comparado con 33 mg que contiene la leche.  

Para las personas que son intolerantes a la lactosa, que es el hidrato de carbono de la leche, ésta es una buena noticia, ya que el yogur contiene menos lactosa que la leche y algunas personas lo toleran mejor.  

¿Por qué debo consumirlo?  

El yogur se ha considerado como un alimento probiótico. Un alimento probiótico se considera “un cultivo o mezcla de cultivos de microorganismos vivos incorporados a algunos productos para beneficiar la salud del huésped humano o animal a través de la flora intestinal”, esto quiere decir, que éste tipo de alimentos se elaboran a partir de bacterias benéficas para el organismo, que, al ingerirlos,  pueden sobrevivir a los ácidos del estómago y llegar intactas al intestino donde llevan a cabo su misión.

Como ya es sabido, el tracto gastrointestinal contiene una microflora normal, es decir, tenemos miles y millones de bacterias (buenas y malas) que habitan en nuestro intestino. Es por esto que se necesita que haya una relación mayor de bacterias benéficas, que compitan por ocupar los lugares de las bacterias patógenas como la E. coli y Streptococcus entre otras.

Pero, a todo esto, ¿de qué me sirve tener tantas bacterias “buenas” en mi organismo?  Hay que señalar que desde principios del s. XX, se han investigado estas bacterias benéficas y se ha encontrado que:   

  • Intervienen en los procesos digestivos: El consumo de probióticos disminuye la intensidad y la duración de las diarreas. Esto se debe a que las bacterias benéficas compiten y ganan el lugar en el intestino de las bacterias patógenas, a la vez que, las bacterias probióticas disminuyen el pH del intestino.
  • Metabolismo de vitaminas: Mientras exista un equilibrio en la microflora, las funciones metabólicas de síntesis y absorción de vitaminas (especialmente la K, B12 y ácido fólico) se va a llevar a cabo.
  • Regulan el sistema inmune o de defensa del organismo: Las bacterias probióticas pueden estimular la producción de inmunoglobulinas A (IgA), células plasmáticas, linfocitos y macrófagos; todos ellos responsables de la defensa de nuestro organismo.
  • Previenen el cáncer: El consumo de probióticos ha demostrado tener efectos antimutagénicos. Según el National Institute of Cancer de Estados Unidos, la gente que consume yogur, tiene mucho menos riesgo de padecer cáncer que la gente que no lo consume.  Además, varios estudios con animales demuestran que los probióticos ayudan a la supresión de tumores, lo cual necesita más investigación, para saber el mecanismo de acción específico, así como el efecto sobre diferentes tipos de tumores.
  • Modulan la motilidad del intestino: Es ya sabido que las bacterias probióticas participan en la movilidad del intestino, esto se debe principalmente a la producción de ácido lo que estimula los movimientos de peristaltismo (movimientos del tracto gastrointestinal) y ayudan así a la excreción de las heces fecales. Es por esto que es muy bueno que las personas estreñidas consuman alimentos que contengan probióticos como el yogur.

Yogur, calcio y pérdida de peso

Los profesionales de la salud desde hace mucho tiempo se han avocado a promover el consumo de calcio a través de productos lácteos como el yogur para mantener los huesos y dientes sanos y prevenir la osteoporosis. Pero durante los últimos años, varios estudios muestran que consumir productos lácteos bajos en grasa puede ayudar a promover la pérdida de peso.  

De acuerdo a estudios realizados en el último año, se ha visto que el yogur, junto con una dieta equilibrada, ayuda a promover la pérdida de peso en personas que tienen sobrepeso.

Un estudio publicado en la International Journal of Obesity, demostró que una población de adultos obesos que consumieron yogur bajo en grasa (light) como parte de una dieta reducida en calorías (500 calorías menos de las que deben consumir), perdieron 22% más peso que las personas que únicamente llevaban una dieta baja en calorías. Además las personas que consumieron yogur perdieron 81% más grasa en el área abdominal que las personas que no lo consumieron.  Los investigadores concluyeron que estos resultados se suman a las evidencias obtenidas en otras investigaciones, las cuales afirman que las proteínas y el calcio, derivados de una dieta con productos lácteos bajos en grasa, ayudan a disminuir el porcentaje de grasa corporal. Impresionante ¿no?

Es por todas estas razones, por las cuales el yogur es un alimento muy recomendable, para todas las personas de cualquier edad y condición.

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